Banana

9 formas saludables de comer nuestras comidas favoritas

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Existe una correlación entre los colores de diferentes vegetales y los beneficios para la salud que brindan.



Las verduras rojas son famosas por sus propiedades antioxidantes, mientras que las verduras son conocidas por promover la buena salud ocular y las yemas a menudo se consideran una fuente de proteínas. Pero, ¿cómo debemos comer todos estos alimentos para maximizar sus beneficios nutricionales?

1. Plátanos

Los plátanos son una fuente inagotable de nutrición, incluidas las vitaminas B y C, así como el magnesio y el potasio. Y son estas tiras fibrosas entre el plátano y su piel las que debemos agradecer. Se llaman 'haces de floema' y distribuyen agua y nutrientes por toda la fruta. También es probable que contengan muchos tipos de fibra y serán una excelente adición a su dieta. ¡Así que no te deshagas de ellos!

2. Tomates

Hervir un tomate puede parecer una blasfemia, pero los tomates cocidos liberan más de un antioxidante especial que combate el cáncer, el licopeno. Esto sucede porque el calor rompe las duras paredes celulares de la fruta, lo que facilita que nuestro cuerpo absorba sus nutrientes. Asar un tomate a fuego lento o hacer una salsa cocida también servirá.

3. Acelgas, remolachas y nabos

Tienes toda la razón si comes estas verduras por sus hojas, pero sus tallos también son comestibles. Los tallos cocidos aportan una dosis de glutamina, un ácido especial que ayuda a curar el cuerpo. También tienen un sabor delicioso cuando se escaldan y se saltean en aceite de oliva. Así que aproveche al máximo sus verduras comiendo todas sus partes y obtenga un mayor impulso de vitaminas.

4. Patatas

Comer una papa con piel aporta más fibra, vitaminas y minerales que sin ella. Entre ellos se encuentran la vitamina C, varias vitaminas del grupo B, hierro, calcio y potasio. Todo esto te da energía, reduce el estrés y beneficia tus huesos y tu digestión. La mejor manera de mantener la piel comestible es hornear la papa en el horno.

5. Manzanas y naranjas

¡Come estas frutas con piel! Las cáscaras de manzana contienen un antioxidante, quercetina, que hace maravillas en el corazón y el cerebro. Las cáscaras de naranja, por otro lado, contienen compuestos llamados flavonas, que reducen el colesterol y protegen el corazón.

6. huevos

Aunque los huevos se vuelven más digeribles cuando se cocinan, las altas temperaturas pueden dañar algunos de sus nutrientes. Por ejemplo, los huevos cocidos en microondas, fritos y duros contienen menos antioxidantes y el colesterol se oxida. Los huevos escalfados y pasados por agua son los más saludables: maximizan la ingesta de proteínas y mantienen intactos los nutrientes. Estos métodos de cocción tampoco agregan calorías adicionales.

7. Cebolla y ajo

Picar la cebolla y el ajo libera alinasa, una enzima que ayuda a producir un nutriente llamado alicina. La alicina, cuando se consume, ayuda a crear otros compuestos que nos protegen contra las enfermedades. Además, la cebolla y el ajo contienen azufre, que funciona bien con alimentos con alto contenido de hierro y zinc, como las aves, la carne de res y el hígado.

8. Cereales y legumbres

Los compuestos que se encuentran naturalmente en los cereales y las legumbres pueden dificultar su digestión. Cuando remoja frijoles y granos, reduce la cantidad de estos compuestos, lo que hace que los minerales que contienen estén más disponibles y la digestión sea más fácil. También le ayuda a absorber mejor los minerales como el hierro, el calcio y el zinc, que se liberan con el agua caliente. Si alguna vez compra frijoles rojos, remójelos y hiérvalos.

9. Vegetales verdes

Cualquier cosa verde debe comerse cruda. Las coles de Bruselas, el brócoli, el aguacate, la espinaca y todas las demás verduras contienen nutrientes solubles en agua que son sensibles al calor. Las altas temperaturas dañan la vitamina C, el ácido fólico y las vitaminas B1 y B5, por lo que obtienes más cuando comes estos alimentos verdes crudos. Por ejemplo, la espinaca cruda contiene tres veces más vitamina C que la espinaca cocida. Si no te gusta el brócoli crudo, intenta cocinarlo a fuego lento sin exponerlo a demasiada agua.

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